«Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
(Mt 5, 12)

«Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
(Mt 5, 12)
Jesús comenzó a proclamar:
«Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca»
(Mt 4, 17)
Juan vio a acercarse a Jesús y dijo: «Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo».
(Jn 1, 29)