«¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador».
(Lc 18,13)

«¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador».
(Lc 18,13)
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar»
(Lc 18,6-8)
«Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer.»
(Lc 17,10)
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.»
(Lc 16,19)
«El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto».
(Lc 16,10)
«Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado».
(Lc 15, 22-24)
«Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío».
(Lc 14, 27)
«Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».
(Lc 14, 14)
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.»
(Lc 13, 24)
«Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!»
(Lc 12, 50)