Hoy: se ha estado visitando a ancianos y enfermos en dos barrios; se ha participado en la Jornada de Pentecostés con jóvenes de primero y segundo año de Confirmación; el almuerzo ha sido en Inmaculada; y la misa de Pentecostés, en la parroquia de las Mercedes.
Categoría: Misión
Tercer día de misión
Este sábado, se ha llevado a cabo un taller para madres o/y padres en duelo; encuentros en las pequeñas comunidades y la participación en la Celebración de Pentecostés.
Segundo día de la misión en Mercedes
En este día:
- se han visitado a los enfermos;
- ha habido reuniones en las pequeñas comunidades y taller para mujeres valiente;
- y se ha visitado el dispensario además de entregar donaciones de medicamentos.
Misión en Mercedes (Corrientes)
Hace un tiempo, a comienzos del curso en Argentina, se pensó en volver unos días a Mercedes (Corrientes) como se hizo el año pasado.
Mirando en el calendario, al ver en este mes de mayo un fin de semana largo, se pensó que era un momento oportuno. Después, nos dimos cuenta que el domingo era el día de Pentecostés. ¡Qué fecha más oportuna para llevarlo a cabo!
Hoy bien temprano emprendieron el camino hasta Mercedes, las Hnas. Gabi, Isabel y Ana Esther, además de Nilda y Alejandra, como laicas comprometidas.
Compartimos estas fotos y este pequeño vídeo de este primer día.
La misión se inició con una Misa de Bienvenida en lo que será la Capilla San Pablo.
Una casa de acogida en Sala Baganza
Hacia finales de 2018, las hermanas de la comunidad de Sala Baganza abandonaron el edificio, que era demasiado grande y difícil de gestionar para ellas, y fueron a nuevos destinos: Vasto, Langhirano, Roma.
«Marchar es un poco morir…» pero a una nueva vida, más abierta, más rica, y con una amplia variedad de colores. Y en un diálogo con Cáritas diocesana, previmos la posibilidad de dar alojamiento a dos familias italianas responsables de gestionar la acogida a familias o migrantes, para iniciar un camino que promueva la integración y la inclusión, en cooperación con las instituciones locales. Las Hijas de la Cruz se suman al proyecto y las familias ofrecen su disponibilidad.
Un camino de paciencia, de espera, pero que al final ve hecho realidad el sueño de servir a la vida, sin barreras de idioma, nacionalidad o religión.
Dejamos hablar a una familia, compuesta por los padres y dos hijas suficientemente maduras.
«Vivimos en el segundo piso de su casa, Via Garibaldi, 17 en Sala Baganza.

El padre, Francesco, fue el fundador, con un colaborador, de las primeras cooperativas sociales en Parma, un proyecto desarrollado a partir de la observación y el estudio de las necesidades sociales presentes en la ciudad de Parma, tanto a nivel de personas individuales como de familias con o sin discapacidad de ningún tipo, dentro del hogar.
Francesco continúa esta experiencia gestionando una cooperativa social con actividades de copiado, para la integración de jóvenes desfavorecidos en el mundo del trabajo.
Yo, Cristina, vengo de una formación en administración, contabilidad, salarios, etc., de una pasión por el estudio de las hierbas medicinales y el mundo del voluntariado con personas con discapacidad.
A lo largo de los años, como familia, hemos seguido observando las necesidades sociales del territorio respecto a los jóvenes, pero especialmente a las familias, y hemos puesto en marcha proyectos benéficos para jóvenes y familias con discapacidad en el hogar.
Todo esto ha madurado bajo la Cruz de Cristo que indignamente hemos abrazado con el tiempo y que ha hecho crecer en nosotros el deseo de devolver al Padre todo el bien que hemos recibido, de hacer participar a nuestros hermanos y hermanas de tan grande Amor, de tener la gracia de vivir concretamente el Evangelio.
Diversos acontecimientos en la vida nos llevaron a la Cáritas diocesana y el Presidente nos propuso ser parte del proyecto de acogida de la Casa Comunitaria de Sala Baganza perteneciente a las Hijas de la Cruz, a quienes no conocíamos.
Habiendo vivido estas experiencias y viendo la posibilidad de proseguir nuestros propios proyectos, aceptamos.
En su casa, en la primera planta, reside la otra familia que se ha unido a este proyecto. No nos conocíamos y nos encontramos una o dos veces antes de comenzar esta aventura.
En el año 2020, en agosto, nos mudamos a su casa.
Entre septiembre y octubre, fueron acogidas dos familias de Sudán, que llegaron a través de corredores humanitarios, con niñas de entre seis meses y seis años. Invocamos al Espíritu Santo, para obtener la luz y la fuerza necesarias para responder a esta emergencia.
Nos miramos a los ojos y en los suyos, vimos miedo, desconfianza, reclamación y esperanza. Abrimos los brazos y así empezó todo.
Pronto logramos romper las barreras y comenzamos a vivir «entre iguales».

Vivimos esta acogida en lo concreto, considerando a las familias acogidas como una extensión de la nuestra, con toda sencillez.
Respondimos a las necesidades básicas: un techo limpio y acogedor, comida, agua, ropa, zapatos y amistad.
Estamos experimentando una forma de vida diferente, una religión diferente, diferentes hábitos y costumbres. Y nos enriquecimos mutuamente.
El propósito de esta acogida era aceptar a priori las diferencias culturales, un esfuerzo realizado por ambas partes, para dar una preparación rápida y útil sobre cómo comportarse para promover la reintegración de las familias y permitirles integrarse bien en nuestra sociedad.
Es una experiencia de convivencia: son escuchados, aconsejados, dirigidos, cuidados, consolados, regañados… todo ello con el fin de conseguir el objetivo.
Y hemos tenido la alegría de acoger una nueva vida había llegado para deleitar a la familia en el primer piso. Nos sentimos como abuelos y tíos. Ciertamente orgulloso de que sucediera aquí. Nueva vida, nuevo comienzo, nueva tierra.
La diferencia en el lenguaje tampoco ha sido un obstáculo. Algunos de nosotros hablamos inglés y francés, por lo que la comunicación ha sido fácil y también nos servimos en gran medida del traductor de Google.
Todo sin juzgar.
Los llevamos de compras, para adquirir ropa pequeña, para que pudieran entender el valor del dinero y cómo manejarlo.
En mayo de 2021, Caritas encontró apartamentos adecuados en Parma para la segunda recepción de estas familias y nos despedimos de ellos sabiendo que el hermoso vínculo que se ha creado entre nosotros, aunque, a veces, sea difícil mantenerlo, nunca se romperá, porque hay espacio en nuestros corazones para todos.
Para darnos fuerza, claridad y unidad de visión, ha habido y sigue habiendo momentos de oración común, y esto es lo que compartimos con la otra familia en el primer piso.

Tres familias están actualmente alojadas en la casa: una que llegó de Túnez a través de los servicios sociales y vive en la planta baja y está formada por el padre, la madre y cuatro hijos, dos de los cuales están gravemente discapacitados, y otras dos familias que llegaron a principios de marzo desde el problemático país de Ucrania.
Una familia proviene de las afueras de Kiev: una madre con cuatro hijos. La otra familia, una madre con dos hijos y dos sobrinos, proviene de las cercanías de Odessa. La edad de los niños va de los seis a los diecisiete años.
Nos acercamos a ellos con el corazón en las manos y los ojos en los ojos tristes de los niños. Y tuvimos la alegría de ver la tristeza en esos ojos convertirse en serenidad, porque ellos también se convirtieron en nuestros hijos y nietos y aprender eso les ha permitido cambiar.
Estas familias tienen hábitos europeos y mujeres presentes en la región, por lo que ha sido más fácil comunicarse y entenderse. Tienen una red de conocimiento y la ayuda de comunidades ucranianas muy activas.
Estamos cerca de ellos y creemos que esto es lo esencial que necesitan. También nos ocupamos de sus necesidades básicas, tal como lo hicimos durante la primera acogida.
En este proceso, estamos apoyados por Cáritas diocesana que nos sigue paso a paso, por Cáritas parroquial que proporciona todo el apoyo necesario en las necesidades básicas, por el párroco Don Giovanni para la escucha y la oración, por el grupo de familias de la parroquia que nos han conmovido por su disponibilidad y generosidad, por las Hermanas Hijas de la Cruz, sin las cuales todo esto no hubiera sido posible.
Así que, ahora y siempre: ¡¡¡damos gracias a Dios!!!
Les pedimos que continúen acompañándonos con sus oraciones. Nosotros hacemos lo mismo. Buen camino en su misión y en permanecemos en comunión para acoger y servir, según nuestras posibilidades, a los que encontramos en nuestro camino.
Cristina Stocchi
El 2 de febrero de 1807
El oratorio está adornado con tímidas flores de final del invierno…, cirios de cera dulce, manteles de fiesta… El Santísimo Sacramento está expuesto desde la mañana…
Las Hermanas pronuncian sus votos ante el Padre Fournet.
Son cinco: Isabel, Magdalena, Verónica, Ana, María Ana… llegadas de distintos lugares, dispuestas para la misión.
Hacen voto de pobreza, obediencia y castidad. Añaden las promesas de dedicarse a aliviar a los enfermos e instruir a los pobres.
Hijas e Hijos de la Cruz
En nuevas realidades de frontera.
La realidad del COVID 19 ha sido un acontecimiento mundial, que a cada uno de nosotros, de una u otra manera nos ha interpelado. Hemos buscado al Señor en esta realidad para no perder la esperanza o para estar preparados ante el apocalipsis que parecía estar aconteciendo frente a nosotros. Y en medio de esta realidad el Señor responde, interviene en la historia y nos concede su paz.
• Dios es Vida y no nos deja solos.
El Señor viene, él es el “Dios de la Vida” y no el “dios de la muerte”, no permanece imperturbable a los gritos de auxilio (Ex 3,7), ni frente a nuestra desesperación en medio de la tempestad (Jb 38,1). Se compadece y viene al encuentro de nuestra fragilidad (Jn 1,9) para darnos vida (Jn 11, 25).
Y Dios que es vida también nos convoca a nosotros, y nos envía para dar vida y ser luz allí donde estamos. Esta invitación se ha vivido fuertemente al interior de las comunidades cristianas especialmente en tiempos de pandemia, como también en numerosos hombres y mujeres de buena voluntad, llevando a iniciar o a acompañar diferentes iniciativas solidarias, para estar cercanos a los pequeños y a los empobrecidos de hoy, que cada vez son más numerosos.
En Argentina, ha nacido y se ha fortalecido de un pequeño grupo ante esta realidad de sufrimiento de los empobrecidos. El don recibido de Juana Isabel y Andrés Huberto parece estar manifestándose de nuevas maneras, y con la creatividad del Espíritu.
• Dios nos llama para dar vida, y ser hermanos y hermanas de todos.
Javier, el director del nivel secundario del Instituto Hijas de la Cruz de la Plata, inició hace unos meses un grupo conformado por diferentes padres, madres, ex alumnos, docentes y docentes jubilados de los diferentes niveles. Ya en el año 2019 este mismo grupo se había convocado para responder a una necesidad concreta: en los días más fríos de inviernos abrir las puertas del colegio para dar de beber y de comer algo caliente a personas de la calle. La iniciativa tuvo mucha convocatoria y grandes repercusiones.
En el año 2020, la realidad de pandemia dejó a muchas personas sin empleo ni ingresos fijos. Esta realidad movilizó a los “Padres Solidarios” nuevamente, ahora con el deseo de abrir un “merendero” en un barrio humilde.

El grupo llamado “Padres solidarios”, comenzó convocando a los niños de un barrio de las afueras de la plata, los días sábados a las 16 hs en un espacio abierto para evitar el contagio y cuidarnos unos a otros. Se ofrecía un vaso de leche y chocolate con algo rico para acompañar.
La iniciativa comenzó con la merienda y cada quince días también el almuerzo. Llegando al mes de diciembre, nos encontramos que todos los sábados se reparten las viandas de comida y la merienda. Nuevas iniciativas se sumaron estas últimas semanas como son la entrega de vestimenta, calzados para niños y plantas de verduras para iniciar huertas familiares.
Estas iniciativas no serían posibles sin la solidaridad de los padres de la comunidad del Colegio Sagrada Familia e Instituto Hijas de la Cruz. Son ellos quienes se han movilizado y han respondido a esta necesidad. A esta respuesta la llamamos “misericordia en acción”.
El día 8 de diciembre, se colocará un cartel con el nombre de “MERENDERO SANTA JUANA ISABEL Y SAN ANDRÉS” para continuar con la obra de nuestros fundadores, junto a los pequeños de nuestra querida América Latina.
• El Dios de la Vida hace fecunda nuestra entrega para el Reino.
En diciembre del 2019, la comunidad de hermanas Hijas de la cruz ha finalizado su presencia en los barrios de la Parroquia Sagrado Corazón de Boulogne, pero el espíritu de Andrés e Isabel sigue trabajando suscitando fraternidad para caminar junto a los pequeños y empobrecidos de hoy.

En la Capilla Medalla Milagrosa, los laicos y padres teatinos han respondido con un corazón atento a la realidad y las manos dispuestas para ponerse a la obra. Esta pequeña comunidad, ha sentido la necesidad de abrir un merendero ante la misma realidad de falta de trabajo y de nuevas oportunidades.
La semilla sembrada ha comenzado a dar frutos de compasión ante el sufrimiento, suscitando un compromiso en lo cotidiano. Esto no sería posible sin la acción del Espíritu que da nueva vida y nos hace hijos e hijas de Dios, y hermanos y hermanas entre nosotros.
• Es el Emanuel, el Dios con nosotros.
Es hermoso ver que ambas iniciativas de un merendero, ya sea en un barrio de La Plata como en la Capilla de un barrio de Boulogne, han nacido de los mismos laicos, y que se siguen sosteniendo en el tiempo gracias a que ellos mismos responden a una misma llamada: la llamada de Dios a responder ante el sufrimiento de los pequeños, y de ponerse en camino con lo que somos y tenemos. No se trata de grandes iniciativas, pero sí de grandes pequeñas transformaciones en el corazón de cada uno y en nuestro alrededor.
Este es el don que nos han dejado nuestros fundadores, y a nosotros, como gran familia espiritual, se nos invita a acogerlo y creativamente transmitirlo a las nuevas generaciones.
En vivo con la Hna. Claudia Sandez desde 0uagadougou
Teniendo en cuenta que estamos en el mes Misionero -aunque ya terminando- nos hemos conectado con la Hna. Claudia, que está en Ouagadougou, (Burkina Faso, África), por medio de Instagram y ahora lo compartimos por este medio.
Hemos tenido algún problema técnico, ya que no se oía a las dos Hermanas. Por ese motivo, al final se cortó el encuentro, para volver a reanudarlo esperando que se resolviese el problema, como fue al final.
Hubo un gran diálogo entre ella y las personas que lo estaban viendo en vivo, escribiendo preguntas, saludos, opiniones, etc.
Les compartimos la primera parte:
Y la segunda:
Con la alegría de la fe
Los jóvenes nos dicen que «Con la alegría de la fe, somos misioneros para proclamar el Evangelio».
Mes Misionero 2020
Estamos en el Mes Misionero y no queremos que termine sin compartir nada, sin plasmar la realidad misionera que podemos vivir en nuestra vida cotidiana, allá donde estemos, allá donde vivamos…
Comenzamos con este vídeo hecho por jóvenes, con palabras, frases, trabajos de nuestra misión.
No va a ser el único e iremos compartiendo otros que han realizado jóvenes, profesores y profesoras con cariño y creatividad.
También compartiremos diferentes invitaciones, que nos llevan a un mismo encuentro: el que tendremos el viernes 30 con la Hermana Claudia, que nos hablará desde Ouaga.
¡Esperemos no nos falle ni la tecnología,… ni la Luz!