«Meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro».
(Lc 21, 14-15)

«Meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro».
(Lc 21, 14-15)
«Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
(Lc 20, 37-38)
«¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador».
(Lc 18,13)
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar»
(Lc 18,6-8)
«Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer.»
(Lc 17,10)
Jesús nos enseña y nos cura. Dejamos que su Palabra y su Eucaristía nos sitúen en un gran espíritu de fe, de humildad, de sencillez, de dependencia, de pobreza, de renuncia en todo, para que por medio de nosotras, y más por nuestra vida que por nuestras palabras, continúe instruyendo y curando a los pequeños y a los pobres.
(E.V.4)
El Cristo de la comunión debe ser el Cristo existencial, histórico, hecho de personas, de situaciones, de pecado. De otro modo, la comunión sacramental NO tiene sentido. Acoger a Cristo, acoger a los otros, Eucaristía, Palabra.
(Beata María Laura)
«Tú, Jesús me sirves siempre en la Eucaristía, en la confesión, en la Palabra.»
(Beata María Laura)
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.»
(Lc 16,19)
«La Palabra de hoy me ha revelado que Dios en Jesús, condiciona su perdón: a nuestra humilde súplica, a nuestro gozoso agradecimiento, a nuestro consecuente testimonio hecho de COMPASIÓN, TOLERANCIA, ESPERA.»
(Beata María Laura)